Por Juan Diego Parra V.
De las múltiples sub-tramas (que, como dijimos, nunca llegan a ser una trama) la más contundente es la que se refiere en el título de la serie: Perdidos. Al fin Jacob explica que ha llevado a la Isla a personas que, en su mundo, estaban perdidas. El sentido del Perdido va más allá del extravío: para la serie significa errancia, abandono, soledad, vagabundeo, destierro. Precisamente así son los personajes de Lost. Mas estos términos están íntimamente ligados al sentido mismo de lo insular. La Isla es la gran figura del desvarío y el desprendimiento. Como lo analiza perfectamente Gilles Deleuze, desde la geografía podemos considerar dos tipos de islas: las continentales, islas desprendidas de una tierra mayor y las oceánicas, surgidas de las profundidades luego de procesos milenarios de sedimentación. Las primeras son derivaciones, las segundas son originarias. Las islas continentales revelan una pérdida, una fragmentación, una amputación. Las oceánicas se presentan como un nacimiento, emergencia, generación. Sin embargo, para los hombres que las habitan, ambos tipos de islas son imagen del desarraigo. Los hombres llegan a toda isla imitando el movimiento de separación continental, aunque lleguen a una isla oceánica. Toda isla para todo hombre está, así, abandonada, desierta, ella es consecuencia de la gran catástrofe o bien víctima posible de la gran tragedia: es amputación de tierra, tierra derivada y a la deriva, cuando es continental; cuando es oceánica es tierra inundada o a punto de serlo, naufragio que sale a flote pero que pronto será reclamado por el mar al que pertenece. Precisamente allí, en una isla, comienza toda la mitología de Lost. Quizás el verdadero problema de toda la serie puede ser determinar si la Isla tiene características oceánicas o continentales. Veamos.
La historia de Lost presenta un mundo ancestral, mucho más lejano que la propia antigüedad. Un mundo en el que hombres y dioses aún no se distinguían, mundo originario. Sólo que este mundo-origen se presenta con una imagen derivada de la Tierra , es decir, una Isla: esto significa que a través de la imagen de la Isla tenemos la imagen misma de la Tierra , a escala micro por supuesto. Deleuze plantea que toda isla es como un huevo, un hábitat que se cierra al exterior, pero también se ve amenazado por él. Todo en la Isla ocurre hacia adentro y todo en función embrionaria, y desde adentro todo se rompe y la Isla-huevo se destruye o se hunde. Por esto toda Isla está abandonada (en acto o en potencia), ella misma es abandono, sobre ella se cierne la tragedia, el estado de sitio insular es la catástrofe, toda Isla está a punto de sucumbir. En Lost la relación Isla-Catástrofe es intensa a lo largo de la serie. Por otro lado, ninguna Isla debe ser encontrada por un hombre, pues cuando éste la encuentra sobre él cae la maldición de la Isla , es decir, la Soledad y el Destierro. Precisamente lo que les ocurre a los personajes de Lost. El hombre insular está siempre atrapado en el huevo que le impide salir y todo huevo es límite de desarrollo. El hombre insular es embrión eterno que tiene ante sí el gran desierto acuático (el agua de mar es infecunda para la tierra, es tierra estéril, desierto). Todos los personajes de Lost viven esta situación: han llegado por una catástrofe (un naufragio o un accidente de avión) y se aprestan a enfrentar otra (el hundimiento y/o destrucción de la Isla ). Sobre este eje parece sostenerse argumentalmente la serie, como sabremos sólo hasta el final de la última temporada, donde el carácter mitológico y místico se apropia definitivamente de la estructura narrativa. Los personajes son, entonces, sobrevivientes de una catástrofe individual cuyo destino será impedir la catástrofe colectiva. Siempre están en estado embrionario, de indeterminación. De lo que se trata, como para todo náufrago, todo sobreviviente, es de “vivir para contarlo”.
En este sentido Lost es una serie de aventuras, una serie de viajes (espaciales y temporales), viajes al interior-psíquico y al exterior-geográfico, viajes sin rumbo y de errancias interminables. Todos los tipos de hombre y de viaje renacen tras la catástrofe: el redimido (Locke: hombre que huye de sí para llegar a sí), el escéptico (Jack: hombre empeñado en no reconocer su destino), el ilusionista (Sawyer: hombre de los mundos infinitos, capaz de reinventarse siempre, pero a riesgo de perderse para siempre), el torturador (Sayid: el hombre de la verdad absoluta, el de la solución final, el de los fines sobre los medios), el creyente (Hugo: el eterno afirmador, el niño –quien al final será el protector de la Isla ), el fugitivo (Kate: línea sin rumbo, eterno escape, separación irredimible e histérica. Kate es la imagen perturbada de la Isla ). Todos forman, unidos, la conciencia de la Isla. Un poco como lo que ocurre en Viernes y Los limbos del Pacífico de Michel Tournier, donde Robinson es el estado conciente de la Isla , ya no iluminada por la razón como en el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, sino emanante de luz. En Lost, precisamente, el centro de la Isla es una fuente de luz (o energía). Los Perdidos aparecen así como la forma dinámica de la Isla. Y a través de ellos se recrea la mitología argumental, es decir, la búsqueda de orígenes y causas constitutivas. La primera y segunda temporadas de la serie saben tramar de manera brillante toda esta constitución mítica: la aparición del humo negro, los descubrimientos de la cueva y sus cadáveres, las escotillas, Los Otros, los susurros, las imágenes de muertos. De lo que se trata es que la Isla , a través de sus habitantes, se haga conciente de sí misma desde sus propios secretos atávicos y exija ser explicada, re-creada. Como toda Isla es renacimiento post-catástrofe, no origen sino segundo origen y recomienzo, en la Isla de Lost las cosas siempre vuelven a comenzar. Y esta es la explicación que da al final Jacob a sus candidatos: son candidatos porque todos están perdidos y deben volver a comenzar. Pero ningún comienzo parte de la nada: siempre se comienza con los restos del último naufragio y es allí donde el ciclo se activa, hasta la conclusión en una nueva catástrofe: “vienen, pelean, destruyen, corrompen. Siempre acaba igual”, les dice la Madre adoptiva a Jacob y su hermano. Y es precisamente lo que ocurrirá luego con la Iniciativa Dharma , hecho que nos hace suponer que esto siempre habría pasado cíclicamente: un grupo de hombres que buscan intervenir el carácter sagrado de la Isla y terminan siendo expulsados o asesinados por ella (o la fuerza que la circunda). Quienes construyeron la estatua de cuatro dedos, aparentemente una diosa egipcia de la fertilidad, seguramente sufrieron este destino, como los antiguos atlantes que según los relatos griegos fueron castigados por su soberbia. Como fueron castigados los constructores de la torre de Babel, como fue castigado Prometeo, como fue castigada la Tierra durante Noé. Todo es diluvial, regeneramiento, purga. Tal destino implicó a la Iniciativa Dharma precisamente: ser purgados y/o expulsados. Y de hecho, en su sentido más prístino y constituyente, la Isla misma sería el lugar donde se purga, un purgatorio. Si Stephen King no se hubiera adelantado con su diagnóstico quizás Lost hubiera podido ser una gran trama, pero la necesidad de los escritores por contradecir esta teoría del purgatorio avalada por King, derivó en una construcción artificiosa, puro urdimbre. La Isla fue el gran elemento filosófico de la serie y a su alrededor giraron los temas constitutivos de la reflexión, pues todo hombre espontáneamente se pregunta por el mundo y, como dice Derridá, “no hay mundo, sólo islas”.
4. Lost y ¿un nuevo tipo de televidente?
Dos tipos de espectadores vieron Lost. Quienes se interesaron en el recurso melodramático de las relaciones inter-personales de los personajes y los que quisieron elucubrar con el carácter mitológico que presentaba la Isla como personaje. De hecho todo apuntaba a que la trama de Lost sería, precisamente la que conectara con el interés mitológico. Un intento ambicioso y heroico de unir ciencia y religión, pragmatismo y misticismo, sin recurrir a figuraciones metafísicas. El intento presentó momentos brillantes e ideas geniales que al final fueron una gran promesa incumplida. En el último apartado pondré algunas preguntas inconclusas que impiden el carácter de trama a la serie. Lo que ahora vale decir es que la lúcida puesta en escena de la figura mística de lo insular hace de Lost un punto de referencia filosófica para distintos análisis que se emprendan desde la inquietante figura de Robinson, el gran mito de la Modernidad kantiana, sujeta a la profunda reflexión de Michel Tournier (en el mencionado libro Viernes y Los Limbos del Pacífico) y la caótica intervención kafkiana desde su usual genialidad en el cuento La Construcción. La Isla es, como dice Deleuze, la gran imagen “de un hombre extraño, absolutamente separado, absolutamente creador, en definitiva una Idea de hombre, un prototipo, un hombre que sería casi un dios, una mujer que sería casi una diosa, un gran Amnésico, un Artista puro, conciencia de la Tierra y del Océano, un enorme ciclón, una hermosa hechicera, una estatua de la Isla de Pascua”[1]. En una Isla todo movimiento es movimiento primario, de renacimiento y reconstrucción, y quizás esto determinó la creciente popularidad de la serie, desde una estructura neo-mitologizante, acudiendo a preocupaciones colectivas acerca de los orígenes dentro de un sistema complejo. El observador de Lost alcanzó a sentirse un poco filósofo, interesado en problemas constitutivos del ser humano: ¿dónde estamos, de dónde venimos, hacia dónde vamos?, sintiendo que cada pregunta generaba un grado mayor de complejidad y lo alejaba cada vez más de la posible respuesta. En este sentido Lost alcanzó dimensiones filosóficas y supo articular a través de estructuras rígidas del soporte televisivo un cúmulo de preocupaciones latentes de individuos indiferenciados tras expectativas de rating. La serie sugirió así quizás un nuevo tipo de televidente, uno desconocido, oculto tras las formas pasivas del consumo inercial; logró convencer al consumidor de que era un detective, un hermeneuta, un filósofo. No podríamos decir, desde luego, que la artificiosa resolución de la historia aborte esta pulsión hacia lo visual-hermenéutico, pero ahora mismo el decreciente interés por la serie en los múltiples foros, parecen corroborar el carácter de simple entretenimiento del producto. Al terminar Lost, sus televidentes quizás quieran correr despavoridos hacia “otra cosa para ver”, más allá de dedicar parte de su tiempo a la resolución de los enigmas que les mantuvieron en vilo durante seis años. Así, muy a pesar de la idea de Eco en torno a la opera aperta, Lost consiguió cerrarse sobre sí misma en un final auto-complaciente, sin dejar mucha posibilidad para la interacción con su público. Muy diferente a lo ocurrido con Twin Peaks, para los seguidores de Lost, la serie realmente terminó, los personajes realmente murieron, por lo cual parecería que no hay nada más qué decir.
5. Lost y los enigmas irresolutos (mis 25 preguntas a Lost)
A continuación y porque es inevitable en prácticamente todo artículo sobre la serie, una lista de preguntas que nunca fueron debidamente respondidas en los seis años de emisión:
1. ¿Cuál era el significado de los Números? Sabemos que su enigma se da porque Hugo los considera malditos y porque aparecen constantemente en la serie. Cada personaje tiene un número asignado y corresponde con las coordenadas que se ven en el faro de Jacob. Pero aún así, el sentido de los números no queda del todo aclarado con respecto a la vida exterior a la isla.
2. ¿Por qué, luego de girar la rueda en la Isla , quien la giraba aparecía en el desierto; cuál era la conexión de la Isla con ese punto del desierto?
3. ¿Por qué Jack no se convirtió en humo cuando bajó a la fuente de luz, como le sucedió al hermano de Jacob?
4. Al parecer no está muy claro si la estatua estaba ya antes de la llegada de Jacob y su hermano. De todas formas la indumentaria de los hombres que los trajeron no es muy clarificadora con respecto a épocas históricas
5. ¿Quién construyó la fuente de luz y el tapón?
6. ¿Por qué Jacob se refiere a la isla como un “corcho” o “tapón” cuando le explica a Richard? ¿Por qué, además, sabía lo que había abajo en la fuente, acaso su madre se lo dijo? Según ella, él no podía bajar, ¿o es que acaso bajó (lo cual lo hubiera convertido en humo)?
7. ¿Por qué Jacob vivía bajo la estatua, que sentido tenía?
8. ¿Realmente la Isla hundida que aparece al principio de la sexta temporada es un ardid para confundir a los espectadores?
9. ¿Quién mató a los hombres que estaban con el hermano de Jacob? ¿Fue la Madre , y en ese caso, ella era algo así como el Humo Negro?
10. ¿Por qué sabía la Madre lo que ocurría en la fuente, acaso ella ya había bajado allí, y en ese caso, se convirtió en humo?
11. ¿El templo donde vivían Los Otros fue construido por los mismos que hicieron la estatua?
12. ¿Cómo lograba Ben invocar al Humo desde el cuarto secreto en Dharmaville?
13. ¿Cuál era la importancia de Walt en la historia? (Aparentemente esta cuestión fue resuelta en el cortometraje fantasma que salió luego, cuando Ben Y Hurly van donde Walt para que vuelva a la Isla, pero esto deja más dudas que respuestas... ¿cuál, por ejemplo, será la función de Walt... reemplazar a Hurly acaso? o ¿Por qué esperar tanto para contactar a Walt?)
14. Christian se le aparece a Michael en el barco y le dice que ya puede irse en paz. ¿En ese momento todavía era el Humo y si es así, cuál es el objetivo de decírselo? Además, como él mismo lo dice, cruzar el mar no es una labor fácil para el Humo, así que ¿cómo llegó hasta el barco?
15. ¿Cuál fue realmente la misión de la Iniciativa Dharma ? ¿Los llevó Jacob, como a todos los demás? ¿Quién mandaba la comida por aire y cómo era esto posible si la isla se movía permanentemente? Además, si quienes trabajaban en la escotilla seguían trabajando para Dharma, ¿por qué Los Otros nunca intervinieron en la estación Cisne? (El cortometraje fantasma posterior a la serie parece contestar el tema de la comida, pero nos deja otra duda: ¿quién financiaba todo el trámite de envío y cómo se mantenía una bodega tan grande, a cargo sólo de dos personas? Digo esto porque según el corto, Ben indemniza a sólo dos trabajadores de Dharma, y nunca nos muestran si hay más...)
16. ¿Cómo funcionaban las torres sónicas de seguridad contra el Humo?
17. ¿Quiénes serían los cadáveres que estaban en la fuente de luz cuando Desmond bajó?
18. ¿Quién era realmente y que don tenía el japonés del templo, era una especie de aislante contra el Humo?
19. ¿Por qué el Humo no podía entrar en el templo, ni en la cabaña, mientras hubieran cenizas alrededor?
20. ¿Por qué Sayid revive en la fuente del templo, si esta según dijeron ya estaba contaminada? Incluso, ¿en qué consistía dicha contaminación, acaso tiene que ver con la Infección de la que habla Rousseau, fue por eso que en una Estación decía cuarentena?
21. ¿Qué pasa con la cabaña, por qué estaba rodeada de ceniza, estuvo allí atrapado el Humo?
22. ¿Cuál era la función de Widmore? ¿Por qué Jacob dejó que Ben expulsara a Widmore y luego según parece, le dice que vuelva, acaso lo necesitaba afuera por alguna razón? Y si es así, ¿por qué a Widmore le costaba tanto encontrar la Isla para regresar, acaso Jacob no le podía decir cómo llegar, acaso lo necesitaba justo en el momento en que llegó, y si es así, por qué no antes?
23. ¿Por qué Richard y el grupo de Los Otros vivían en la selva y no en el templo?
24. ¿Qué relación tenía Ben con el Humo y por qué, además de poderlo invocar, también tenía relaciones con Richard que estaba con Jacob, por lo cual era enemigo del Humo?
25. ¿Cuánto tiempo llevaba en la isla la Madre sustituta de Jacob y por qué estaba sola?
(FIN DE LA PARTE 2)
(FIN DE LA PARTE 2)
[1] Esta preciosa definición de Deleuze nos conecta con los puntos más sensibles de Lost: el hombre casi dios, absolutamente separado y creador nos recuerda perfectamente a Jacob, el gran urdidor de tramas, fabricante de destinos, gran hechicero manipulador que guía vidas enteras como personajes de un gran argumento, hombre separado y absolutamente solo, gran Amnésico que no sabe de dónde viene, que ha perdido su pasado. Por otro lado está la mujer casi diosa, gran hechicera, su Madre y el gran ciclón, desastre inminente, su hermano, el misterioso Humo Negro. Y para asombrarnos aún más, como si Deleuze hubiera visto Lost (o los creadores de Lost hayan leído y copiado sin reconcerlo, estas ideas deleuzianas), nos menciona la gran imagen de la Estatua (uno de los elementos más perturbadores de la serie, sobre todo porque nunca fue explicada).